No hay ninguna duda de que nos hemos metido de lleno en otoño. Hemos pasado un verano caluroso, pero cuando se pone a llover tampoco nos quedamos contentos. Y eso que somos muy conscientes de lo necesario que es el agua para todo, también para nuestra querida bebida.
Sin agua, sería difícil hacer cerveza. No solo ayuda en las tareas de limpieza, sino que es el ingrediente principal. Sabemos que en la elaboración de vino, la uva prensada nos produce un zumo rico en azúcares, que conocemos como mosto. Y es fermentado ese mosto como se consigue el vino.
En el caso de la cerveza, el prensado de malta no nos va a dar el mismo resultado. Ya nos podemos hartar de pisar malta, que no vamos a conseguir ningún líquido. Necesitamos mezclar esa malta con agua para obtener un mosto de cerveza que podamos fermentar. ¡Sencillo! O igual no tanto…
Aunque no sea tan evidente, las características de ese agua van a aportar diferentes matices a la cerveza resultante. Muchos de los estilos clásicos de cerveza, y alguno no tan clásico, tienen un origen concreto que, a menudo, tiene más que ver con las características del agua de la zona que con la intención con la que se crea la receta.
Probablemente hayas oído hablar del bicarbonato del agua de Dublín y sus Stouts, o de la baja mineralización del agua de las Pilsner, pero tal vez el estilo Gose sea de los que mejor explique este concepto.
El origen de este estilo lo encontramos en Goslar, Alemania. Ciudad por donde pasa el río que da nombre al estilo, el río Gose, y cuya agua se usaba para hacer la cerveza Gose. Según quién te cuente la historia te dirá que el agua del río tiene cierta cantidad de sal, o que para elaborar tan peculiar estilo añadían sal al agua. En cualquier caso, al usar ese agua para hacer cerveza, el resultado daba unas cervezas con cierto matiz salado.
A pesar de ser un estilo del que se tiene conocimiento desde 1332 a día de hoy sigue estando en el candelero y no es difícil de encontrar una reinterpretación del estilo Gose llevada a cabo por cerveceras modernas. Si todavía no has probado este estilo, no dudes en probarlo y poner en práctica lo aprendido.