A estas alturas del mes tal vez ya nos hayamos olvidado de los propósitos de año nuevo. Eso de ponerse un poco fit, dejar de fumar, leer más libros, aprender cosas nuevas…
A principios de año sonaba muy bien y desde Hopa sabemos que es difícil mantener esas promesas. Por eso, vamos a intentar echar una mano y aunque sea, que este 2023 sirva para aprender algo más sobre la bebida que más nos gusta, la cerveza.
Hace ya algún tiempo que tanto latas como botellas traen en sus etiquetas una serie de siglas que no siempre sabemos qué significan o qué información pretenden darnos del brebaje que vamos a ingerir.
Hay unas cuantas siglas bastante conocidas. Son las que más frecuentemente nos encontramos y las que nos dan una información bastante detallada de los aspectos básicos de la cerveza que tenemos entre manos.
Hablamos de ABV, IBU y SRM. Seguramente te suenan y es probable que sepas su significado, si no es así te cuento:
ABV, Alcohol by volumen
La más fácil ABV, en ingles Alcohol by volumen. O lo que es lo mismo, alcohol por volumen.
No hace falta haber estudiado mucho para darse cuenta de que esto nos indica la cantidad de alcohol que contienen la cerveza en porcentaje. Así una cerveza con un ABV de 5% contendrá 5 ml de alcohol por cada 100ml de cerveza. Si quieres saber cuanto tendría un botellín de 330ml ya sabes, a sacar la calculadora.
IBU, International bitteness unit
Los IBUs también son viejos conocidos, y su nombre proviene de las siglas en inglés “International bitterness unit” (unidad internacional de amargor). Se trata de una escala numérica que refleja el amargor proveniente del lúpulo.
A mayor número de IBUs más amargor de lúpulo. Ahora bien, no te dejes engañar por este número, ya que la cerveza no es todo lúpulo y el dulzor de la malta puede equilibrar IBUs muy altos. Así podemos llegar a percibir cervezas con valores de IBUs bajos mucho más amargas que otras con valores de IBUs más alto, solo por el simple hecho de la cantidad o tipo de malta empleada en la receta.
SRM, Standard reference method
Y esto de la malta nos lleva al los SRM, “Standard Reference Method”.
Ni te lo traduzco, ni te voy a explicar cómo se mide en laboratorio la absorbancia de la cerveza a una longitud de onda de 430nm. Aquí lo que interesa es que los SRM nos dan unos valores entre 2 y 40 (normalmente) que nos indican cuánto de clara u oscura es la cerveza en cuestión, siendo 2 el valor para cervezas más claras.
DH – DDH, Dry Hop y Doble Dry Hop
Hasta aquí bien, pero y eso del DH y el DDH ¿que puñetas es?
Las siglas DH y DDH hacen referencia al Dry Hop y al doble Dry Hop, es decir al proceso de añadir lúpulo una o dos veces a la cerveza en sus últimas etapas de elaboración.
Esto es difícil de entender, porque ciertamente es algo difícil de explicar.
Históricamente el Dry Hop se realizaba una vez la cerveza había fermentado, buscando más las propiedades conservantes de la planta que otra cosa.
Con la evolución de las IPAs, el aporte aromático del lúpulo fue ganando terreno y dado que los compuestos aromáticos se disuelven mejor en disolventes orgánicos, y el alcohol es uno, añadir lúpulo a la cerveza una vez fermentada y con cierto contenido alcohólico cobra cierto sentido.
Pero la industria no se ha quedado ahí y hoy en día es una práctica habitual añadir lúpulo en la fase activa de la fermentación. Es decir, cuando todavía no se ha terminado de generar todo el alcohol y la levadura sigue “comiendo” azúcar.
Esto puede ayudar a que el lúpulo y la cerveza se mezclen mejor, que la levadura metabolice el oxígeno que pueda introducirse debido al proceso, o incluso que se dé cierta biotransformación de algunos compuestos. Sí, la famosa biotransformación tan de moda en el sector.
Se podría escribir un libro sobre lúpulo y Dry Hop, de hecho hay varios. Pero sabiendo esto, es fácil comprender que, cuando encontremos una cerveza que hace referencia al DH o DDH, probablemente en su elaboración ha estado presente alguno de estos procesos.